El genial director y creador del cine de zombies moderno gracias a la película Night of the Living Dead (1968), ha fallecido el 16 de julio a los 77 años de edad, en Los Ángeles, después de una larga lucha contra un agresivo cáncer de pulmón.
Según su socio Peter Grunwald, Romero falleció en compañía de su esposa Suzanne Desrocher Romero y su hija Tina Romero, mientras escuchaba la partitura de la película The Quiet Man.
La importancia de George Romero en el cine de terror fue vital desde que estrenase su ópera prima, a la que siguieron títulos como Dawn of the Dead (1978) o Day of the Dead (1985).
También son destacables sus trabajos en conjunto con Stephen King, como los films Creepshow (1982), y The Dark Half (1993). Además, se destaca su labor como guionista en Creepshow 2 y Tales from the Darkside: The Movie, entre otras.
En su película Knightriders (1981) Stephen King realizó su primer cameo. Fue el comienzo de una larga amistad y admiración mutua.
Se va con Romero un grande indiscutible, y con él la sensación de que el cine de terror, sepultado en franquicias y sustos baratos para todos los públicos, ha perdido la noción de cómo ser revolucionario, aspero e incómodo. Posiblemente nunca veamos algo tan primordial y radicalmente nuevo como Night of the Living Dead. Por eso hay que llorar a Romero por partida doble. Adiós, maestro. Sin comillas.
Stephen King lo recordó en Twitter:
«Triste al ír que mi colaborador favorito -y buen viejo amigo- George Romero ha muerto. George, nunca habrá otro como tú».