Jonathan Demme, el reconocido director de películas como The Silence of the Lambs (El silencio de los inocentes) y Philadelphia, murió el 26 de abril. Tenía 73 años y sufría de cáncer de esófago.
En 1992, el realizador se llevó un Oscar al mejor director por la cinta protagonizada por Jodie Foster y Anthony Hopkins, quienes también lograron sendas estatuillas doradas por sus actuaciones. El thriller también ganó en las categorías de mejor película y mejor guión adaptado. El silencio de los inocentes es una de las únicas tres películas en la historia del cine que se han llevado los «cinco premios grandes» en los Oscar.
Demme también dirigió Philadelphia (1993), una de las primeras películas en tratar el tema del sida, por la que Tom Hanks ganó un Oscar al mejor actor.
Nacido el 22 de febrero de 1944 en Nueva York, Demme comenzó su carrera a mediados de los años setenta con La cárcel caliente (1974). Demme, un amante de la música, será recordado también por el documental de Talking Heads titulado Stop making sense (1984), considerado uno de los mejores trabajos musicales de la historia del cine.
Estuvo detrás de más de un centenar de cintas e hizo documentales y videos musicales. Otros títulos de su filmografía son El mensajero del miedo (2004) y La boda de Rachel (2008). Su último trabajo fue en Ricki and the Flash con Meryl Streep. En los últimos años se había volcado a dirigir series de televisión.
Stephen King lo recordó en Twitter: «Profundamente triste al oír que mi amigo, vecino y colega Jonathan Demme se ha ido. Era uno de los buenos. Te extraño amigo».