Naomi King, hija de Stephen y Tabitha King y ministra de la Iglesia Unitaria Universalista, ha difundido un mensaje con respecto a la pandemia de Coronavirus que azota al mundo.
¡Hola! Soy la reverenda Naomi King. Soy ministra de la Iglesia Universalista y también vivo con una enfermedad crónica y una enfermedad genética. El tratamiento para mi enfermedad genética implica la supresión de mi sistema inmunológico y, por lo tanto, estoy en aislamiento. Por suerte, estoy en un lugar hermoso en el que puedo respirar un poco de aire fresco, algo que no está a disposición de todos, pero significa que tengo que mantener mi distancia de la fe y os invito a practicarla manteniendo la distancia con los demás.
El problema con el Covid-19 es que, a diferencia de la mayoría de las enfermedades que estamos acostumbrados a tratar, no se puede decir cuándo alguien está enfermo hasta que está muy enfermo y han aparecido los síntomas. Es por eso que el seminario de Albarn y otros están animando a la gente a practicar la fe en la distancia. La distancia de seguridad significa que debemos estar separados casi dos metros unos de otros, bien porque estamos haciendo fila para conseguir medicamentos, alimentos o porque estamos llenando nuestro vehículo de combustible o porque debamos ir a la consulta del médico o al hospital: Debemos intentar mantener esa distancia, es importante. Podemos ayudar a un vecino que tiene que permanecer aislado, como yo, llevándole comida y cosas por el estilo. Debemos mantener esa distancia siempre que podamos, incluso podríamos recoger el correo del vecino o de un ser querido y llevárselo un poco más cerca pero, aun así, debemos guardar la distancia. Es por eso que hablamos de esto como una cuestión de fe. La fe nos pide que nos cuidemos y que nos amemos, no necesariamente para hacer lo que es más conveniente o lo que estamos acostumbrados a hacer habitualmente. Estamos acostumbrados a saludarnos y a estar muy cerca el uno del otro. Tenemos que estar uno al lado del otro para tener una buena salud mental y espiritual, excepto en este momento, porque hacerlo es poner en peligro a otras personas, personas que podemos pensar que están saludables pero puede que no lo estén. Podemos incluirnos nosotros mismos. Estamos poniendo en riesgo con infectar con el virus a personas como yo, que tienen enfermedades invisibles y discapacidades cuyos sistemas no son inmunes. En la actualidad, hay millones de personas con diabetes en este país a los que se les pone en riesgo. Y con enfermedades cardíacas y enfermedades y trastornos inmunosupresores. Tenemos que cuidarnos los unos a los otros y por desgracia no podemos confiar en nuestro aspecto, aunque parezcamos saludables. Por esa razón, la fe en la distancia nos pide que nos cuidemos unos a otros, amarnos a nosotros mismos y a nuestro vecinos y ayudarnos unos a otros en este planeta guardando la distancia. Recuerden lavarse las manos a fondo tan a menudo como sea posible y limpiar las superficies que se comparten con los demás. Si eres como yo y estás viviendo en un espacio con otra persona, deberías turnarnos las instalaciones del sitio en el que estéis, como la cocina o el baño. Es importante cuidar vuestra salud y bienestar. Es muy importante cuidar a vuestros vecinos, incluidas a las personas que no conocen. Así que, por favor, sean fieles, guarden la distancia de seguridad y cuídense mutuamente lo mejor que puedan y, mientras lo hacen llévense la mano al corazón, y recen un poco o mediten porque necesitamos saber que somos amados y que estamos atendidos. Podemos ofrecernos este regalo.
Te deseo lo mejor. Deseo que todo este mundo sea bueno y que juntos aplanemos la curva y brindemos por un mayor bienestar.